
No hubo nada que altere el orden
tan especial
que tienen las mañanas juntos
durante la semana.
Los minutos de besos y de despertarse,
las picaras quejas ante el “no quiero bañarme”
el baño a ojos cerrados
los jazmines...
el café batido y las tostadas en la mesa...
Todo se suponía tenia que ser
maravillosamente lindo...
y nosé aún porqué fue,
pero hoy,
el despertarse y desayunar
fue particularmente más lindo....
Quizás fue
que cada vez más
quiero levantarme todas las mañanas contigo.