caen
como todas las seguridades
que nos inventamos por años.
brotan
con la fuerza de la espontánea vida
que alguna vez supimos.
duelen,
cómo era de esperarse.
caen
como todas las seguridades
que nos inventamos por años.
brotan
con la fuerza de la espontánea vida
que alguna vez supimos.
duelen,
cómo era de esperarse.
Sin palabras
con los ojos ardidos
y con el corazón dividido
pero con la fé de que es lo que necesito.
Al menos hoy.
Acordamos
dejar de escapar o quizás fui yo sola.
Nunca sabré
si del otro lado del río
había vida
o si transitaba una jugada en el desierto
fantaseando hacia su espejismo.
Por mucho tiempo
fui una cajita vacía
o una vertiente de energía
hoy, soy algo en el medio.
Todos mis vicios
la libertad
y la música a todo volumen
me acompañan.
Amo a las verdades
que sacuden sin aviso al cosmos
y te alinean con el más claro dilema.
Amo a las verdades
que valen y pesan
aunque duelan.
El crack
de la coraza quebrándose
desparramando lo remanente.
El cíclico retorno
a donde inició y se desvirtuó
todo.
Mi adiccion al vacío
y al viento que me acaricia
cuando me asomo al solitario
e íntimo acantilado.
Perderme
y derrochar lo que manejo como si no me importase
para esperar a ver el veredicto final.
Sonó la alarma
pero elegí postergarla
mientras el drum resonaba
y el bajo me inundaba de certezas.
Nací para flotar entre los trastes, compases y kiks,
dejarme llevar.
No guiar.
Improvisar. Mi elemento luz.
que ganas de más.
Canción de cuna que a-lenta la marea
y me abraza en plena union de cielo y agua.
Me alimenta el alma cuando me dejo estar
descansar
y sonrío cuando lo que decís, está mal.
El curioso detalle
que me moja y moviliza
para apreciar y mutar.
Resuena la cuerda
que no define su duración o rol
detrás de la de la copa
me mira la luna a quien saboreo en privado.
Paz , silencio y yo conmigo,
estirándome en el sillón entre ventana y ventana
preguntándome hasta cuándo.
Suena el cantante
y estoy a salvo.