Creo que te faltó leer
la línea que no me animé a escribirte:
“Te quiero
es el preludio
al te extraño
(y mucho).
Uno pensaría que lo más difícil
es accionar,
pero con el tiempo
fui registrando
que para mi
lo más difícil por lejos es
el no accionar.
No hay ningún estado
que consuele
la niñez que busco consolar
en los brazos de otrxs.
No hay palidez o tinta o silencio
que acelere este lento resguardar
que me gobierna
desde que solté aquel proyecto.
40 días lleva resetear
el disket de tu aliento sobre mi cuello
o el sujete de tus dedos sobre mi cintura.
Bebo el vino
abrazo a mi hijo (quien me recuerda )
que no hay abrazo mas inmenso
que el de sus cortos bracitos
sobre lo que elija de mi cuerpo.
Y acerca de mis miserias
abandonos y carencias,
eso es capítulo aparte.
Retorno a mi cueva
mi resguardo,
mientras puedo.
Nunca sabré como hice
para saludarte desde la mesita de dos
desearte buenas noches
y no rogarte que te quedes.
Voy desojando
lo que queda del invierno pasado.
Mientras
me enfrío y duelo
y armo espacio
cueste lo que cueste.
Quisiera decir que ya no te extraño
y que fuiste una mujer más,
pero de nada sirve negar
lo que aceptaba
mientras oía a la poeta
y pensaba
en que ojalá alguna vez coincidamos.
Después siguió el silencio.
Dejame esclarecerte algo
y te ruego que te lo oigas, o leas
y atesores
como mantra y mensaje
(si quisieses aún llegar a mí...)
Este ser humano
está cuidando a rajatabla
con uñas y dientes
todo lo que la rodea.
Voy a pedirte entonces, por consecuencia
que seas sutíl
amable
y considerada conmigo,
porque sino voy a tener que arrastraste
a donde nunca pesé
que podría desecharte.
Yo lidio con mi humanidad
te ruego hagas lo mismo
con la tuya.
En semejante construcción
personal
mensajes que solo buscan
atarte a la n a d a,
desencantan.
Pensé que nuestro amor
caminaba senderos mucho más profundos
y generosos.
Espero que hayas disfrutado el show
recibí el mensaje.
Dibujaste un solcito
en mi casa, mi patio, mi hogar
como si quisieses seguir siendo parte
del cuadro sin vida
que descuelgo
en cada nueva despedida.
Dos días
esquivándole a la sobriedad
para intoxicarme
a lo que sea, que me sacuda
o adormezca
de tu presente ausencia.
Piloteando la alta velocidad
a la que me expongo
cuando sucede este circo /todo/
anclando mi latir
al slow motion
del vivir.