Lo importante es saber poner el freno.
Tomar el aire
volver al centro
y dejar atrás días
de por medio.
No dispersarse
no navegar por las aguas que ya
ni imágenes contienen
del rostro desteñido, transgriversado
casi olvidado.
Abrazarle el alma
pasear los sueños
y construir con foco claro
lo que debe ser escalado.