Gracias a su presencia
me escapé por casi un año entero
de los laberintos del yo.
Duele
desarmar,
el proyecto del cubre costado
y el mueble
y el baño
y el ser un solo grupo.
Duele imaginar
que no se pueda
o se quiera.
Hoy lloramos juntos de risa
vos y yo,
en mi cama, antes de que te duermas
con la meditación de fondo,
jugando a las rimas de números con palabrotas.
Me mostrabas con miedo la rima del uno, con culo
dos con algo que ya no recuerdo
y estallaste en risa, cuando te sorprendí inventando
“cuatro, sos un macaco “
ahí mismo, estallaron en vos los gritos
y mientras te miraba estirar la risa
rezaba por retener este instante
para siempre.
Cuando al fin lograste calmarte me dijiste
- mirá má, me reí tanto que se me mojó la cara con lagrimas.
Tuve que tocarte para creerlo,
acto seguido toqué mí cara,
y me di cuenta que a mí también
se me había mojado la cara con lágrimas.
Te amo. junto gracias a vos
recuerdos inolvidables pipe.
Fugaz e interminable
es la espera
al impacto del cometa.
de la línea recta,
y busco en luces, sonidos o letras
un portal que me tele-trasporte
a otra emoción.
Ser genuinamente autónoma.
Realmente sobre cada línea de pensamiento
acción y deseo.
Qué placer y privilegio.
El fin de una etapa
y su duelo,
dan paso a una necesitada
y vibrante nueva Florencia
que esperaba por ser liberada.
Recuerdo la estatua blanca
de espaldas a la ventana,
como si quisiera mostrarnos
que a contra luz,
era más hermosa.
la central mesa redonda
que me sostuvo en mas de un estado
siempre con algo de bienvenida,
y hasta la velocidad crucero
con la que había que abrir la puerta de entrada
para que ninguno se escape disparado.
Lo llevo a eso y a mucho más
conmigo.
Es tan definitivo
el quiebre de relaciones,
en personas de cristal.
hace crisis decidí ,
que debía ser elástica
para mis necesarias metamorfosis.
Fue tal el desacierto,
y constante abrumador ruido
que no me quedo otra
que desenfundar a mi empolvado verdugo
y estar lista para el inminente
y final movimiento
que decapite la duda
y desenlace en silencio.
Prepararse
para tu encuentro
resulta siempre
en vano,
Injustificados miedos,
que serán reemplazados
por lo que sea que decida
la momentánea gravedad
que te posea.
Asfixiada, por tu inerte presencia
desintoxico a ruidosos suspiros
de una resurrección.
Impalpable mensaje
sacudiendo
el sórdido y enorme agujero negrogestado
por tu indiferencia.
Sangriento
y despiadado
rechazo.
Quedó el inmenso silencio
de la montaña sonando
y el frío frente
de quien se deja ir
sin amarres.
quizás hubo algo que me daba miedo decir
o quizás dije mucho…
cualquiera sea el motivo
me quede sin voz, y empecé por primera vez
a oír todos esos silencios
que no me había percatado, y estaban.
Uno podría pensar
que el brote de extrasís
haya sido por el autor, haciendo sonar su guitarra
pero vos y yo sabemos,
que es, porque estás por venir.
Las personas encastramos con otras
por los huecos que traemos
o buscamos hacer
tu encastre marcó mi juego
hasta que vino alguien nuevo
y me cambio las fichas
y me separé, finalmente,
de tu dolor.
sin embargo,
líneas y puntos.
Brota siempre
quebrando la represa
sin previo aviso o suficiente preparación
el alud de emociones
contrarias e intrínsecas
arrasando el débil y obsoleto pavimento
pretendido a contener
un volumen inabarcable e insaciable
de agua agrupada,
llamada "naturaleza".
Extrañarte
como preludio de lo que vaticina
un nuevo movimiento
o quiebre
en mi horizonte de intereses.
Nos convoca la palabra
y el otro.
Nos enloquece
la alquimia que se genera cuando
tu cuerpo y el mío
se rozan.
Nos hospeda una familiaridad
de otras vidas.
Al fin.
En este inmenso presente,
Juntas.
La pregunta no es
sobre el acuerdo tenemos,
la pregunta es
sobre el deseo
que hace tiempo actúa
como lanza
hacia tus ojos.
Cómo se re-significa,
algo tan insignificante,
como que me hayas regalado
mi bombilla perdida de mate.
Carece de lógica , ya lo sé
pero me sucede.
Me conmueve.
Desde que decidiste esperarme
sin ir tras ningún cambio en mis procesos
trabas y miedos. Lo supe. te amo.
Nunca son definidos los finales para mi
hasta que me estallan en las manos
y se convierten en historia.
Sucedió todo similar
a cómo se sintió la salida
por aquel largo
incomodo y último, pasillo.
Lloraste con congoja esa noche
(sin comprender que estaba pasando)
porque percibiste
lo que habías roto.
Sin mala intención
ni registro o cordura,
cortaste el cordón rojo
que nos sostendría por años
y te juro que aunque me haya dolido,
lo comprendí todo.
Gracias por tanto cariño.
Amarlas, para mí
era un camino, sólo de ida,
pero no siempre puede uno solo sostener
algo que tiene dos puntas.