Carezco del coraje
para omitir las oviedades
e invitarte un café.
No para un forjar lazos
sino para tener el dialogo
en vivo.
Porque aunque me ofusque
me de verguenza
y me irrite
vuelvo a hablarle
desde el silencio.
Carezco del coraje,
pero realmente
le invito,
si es lo que también desea
a mostrarse,
cruzar la línea.
Yo ya transité demasiadas veces
el coraje.
Mi historia terminó por coraje
y admito
estar agotada de caminar con él...
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