Todo arrancó con/ por tu luz,
empapaste cada uno de mis cuadernos
revoleaste los almohadones de mi intimidad
y descansaste en mi altar, sin mutarte.
Me contaste de que había una gran diferencia
entre despertar y amanecer ( ése, es un archivo de los imborrables) te oí, y desperté y luego amanecí
al tiempo.
hoy, invierno nuevo
vuelvo a purgar el fichero.
No ceses. No hasta no cegarlos, acordate, fue tu Luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario