Hoy,
mi vendedora estrella
llegó llorando
por tener el corazón roto.
Sus párpados hinchados
su coraje para querer
seguir
me inundó los ojos y el estático pecho.
Hoy también
mi cuidadora estrella
me anunció
que debe comenzar a retirarse
y preparar su reemplazo.
Fueron varias despedidas
juntas
Me tomo un minuto
cierro este globo de emociones
y lo suelto
esperando a que el viento
se lo lleve.
lejos.
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