Silencio
la falta de pulso
o escollera.
Mi hijo
tuvo la generosa atención
de regalarme
lo in-nombrable e inesperado
la piel de gallina
seguro de su palabra
a los gritos
y a pura sonrisa
el puro y inmenso
mamá.
Gracias Pip.
Te amo como nunca imaginé podría.
Tu voz, me salvó la vida.
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