cada vez que lo presiono
y esta inmunda inoperancia
en cambiarlo,
por uno nuevo.
Hay vicios
bien fijados en el hipotálamo
entre el imposible
idílico y imaginario
que pueden jugarle a uno
largas
partidas
de rechinado jazz.
Hay vicios
bien fijados en el hipotálamo
entre el imposible
idílico y imaginario
que pueden jugarle a uno
largas
partidas
de rechinado jazz.
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