Amanecer cada mañana en otra piel
y sus colaterales.
Hace un mes,
decidí ser liviana
apacible y estéril.
Pero me cansó.
El miércoles amanecí siendo humana
y a lo largo del día
muté a mujer lagarto
floté por el lodo
lenta, fría, calculadora y observadora.
Pero me cansó también.
Cuando llegó la noche
la luna me convirtió en loba
y me permití danzar al son de las llamas
y del interno aullido.
Hoy viernes,
empiezo por estirar mis largas patas
y me preparo para correr
mi privada y esperada maratón
al son del helado aire y su cachetazo.
Correr,
porque se busca alcanzar algo o alguien.
Me gusta como suena.
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