No hay ningún estado
que consuele
la niñez que busco consolar
en los brazos de otrxs.
No hay palidez o tinta o silencio
que acelere este lento resguardar
que me gobierna
desde que solté aquel proyecto.
40 días lleva resetear
el disket de tu aliento sobre mi cuello
o el sujete de tus dedos sobre mi cintura.
Bebo el vino
abrazo a mi hijo (quien me recuerda )
que no hay abrazo mas inmenso
que el de sus cortos bracitos
sobre lo que elija de mi cuerpo.
Y acerca de mis miserias
abandonos y carencias,
eso es capítulo aparte.
Retorno a mi cueva
mi resguardo,
mientras puedo.
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