Supimos buscar
entre un mar de cartas,
las que necesitábamos.
Derribamos las leyes
de que el maso debía ser el mismo
y nos dejamos completar
por lo que la bolsa nos ofreció
que no sólo bastó, sino que sobró.
Anotamos con lo que encontrámos
y mientras nos fumábamos
los puntos y palitos por venir
entre cigarrillo y cigarrillo
supimos jugar
y disfrutar de a cuatro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario