No siento.
Creo que después de haber sentido tanto
mi termómetro quedó averiado
y de golpe mete picos
esporádicos
y muy difíciles de sostener.
Me preocupa a veces
(también)
mi poca empatía a determinadas cuestiones,
la intensidad con la que vivo
y la frialdad con la que habito otros tangos.
Volver a mí
cuando yo misma genero tanto ruido
me es utópico y a su vez, necesario.
Nosé en que devengará tanta autonomia y reencuentro personal
pero entiendo que es el camino
para derretir este inherte,
inmovil, e impenetrable vacío que muchas veces me habita.
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